Imagen: iStock
El mundo de la belleza está atravesando una transformación urgente y necesaria. A medida que aumenta la conciencia ambiental entre consumidores, las marcas cosméticas se ven desafiadas a reducir su impacto en el planeta. ¿La tendencia más prometedora? Empaques biodegradables que podrían reemplazar definitivamente al plástico.
Desde papel vegetal resistente a la humedad hasta cápsulas solubles y materiales comestibles, el futuro del empaque cosmético ya no está hecho de plástico… y está más cerca de lo que imaginas.
El problema: la belleza es una de las industrias más contaminantes en empaque
La industria cosmética genera más de 120 mil millones de unidades de empaque al año, y la mayoría no se recicla correctamente. Envases compuestos, tapas pequeñas y materiales no separables dificultan su procesamiento en centros de reciclaje. Frente a esto, muchas marcas y startups están apostando por soluciones biodegradables, compostables o de bajo impacto.
1. Papel vegetal resistente al agua
Una de las innovaciones más destacadas es el uso de papel vegetal tratado para resistir humedad y contener fórmulas líquidas o cremosas. Algunas marcas ya lo usan para champús sólidos, mascarillas o envases secundarios. Este tipo de papel se degrada en semanas y es compostable en casa.
2. Cápsulas solubles o comestibles
Firmas de belleza han empezado a usar cápsulas individuales que se disuelven con agua, especialmente para limpiadores faciales o sérums. Hechas de algas, celulosa vegetal o féculas, eliminan la necesidad de frascos o sobres de un solo uso. También existen opciones comestibles o que se pueden desechar en el lavamanos sin impacto ambiental.
3. Bioplásticos derivados de residuos
Otra innovación consiste en crear bioplásticos a partir de residuos agrícolas como cáscaras de maíz, fibras de caña de azúcar o almidón de papa. A diferencia del plástico tradicional, estos materiales se biodegradan en condiciones de compostaje industrial y reducen la dependencia del petróleo.
4. Envases rellenables hechos de bambú o aluminio
Aunque no son técnicamente biodegradables, los envases recargables representan una solución práctica y de largo plazo. Están hechos con materiales durables como aluminio reciclado, vidrio o bambú y permiten comprar solo refills. Marcas como Fenty Beauty, o L’Occitane ya los incluyen en sus líneas regulares.
5. Envases que se degradan sin dejar huella
Algunas startups están desarrollando empaques que se autodegradan en contacto con elementos como tierra o agua salada. Otros se activan con microorganismos del compost para desaparecer completamente sin liberar microplásticos. Estos proyectos aún están en fase piloto, pero marcan una clara dirección hacia una cosmética más limpia.
¿Qué falta para masificarlos?
Aunque los avances son notables, todavía hay desafíos para escalar estas soluciones:
- Costos más altos en comparación con el plástico.
- Menor resistencia o durabilidad en algunos formatos.
- Falta de infraestructura para compostaje industrial en muchas regiones.
- Educación al consumidor sobre cómo desechar correctamente estos nuevos materiales.
El cambio hacia empaques biodegradables no es una tendencia estética, es una necesidad ambiental. La industria de la belleza ya está tomando medidas, pero aún queda camino por recorrer para que estos avances lleguen a todos los productos, salones y tocadores.
Imagen: Vogue
				
					
 
														
																	
																	
																	
																	
																	
																	
																	
																	
																	
																	
																	
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